viernes, 16 de mayo de 2014

Evangelios Sinópticos



Los evangelios sinópticos son una buena enseñanza dignificante para nuestra vida cotidiana. Se sabe por fe que son escritos por personas inspiradas por Dios y en constante peregrinación con la vida anunciada por Cristo signo de persona para dignificar al hombre como tal. La persona de Cristo, ciento por ciento divino pero dejando a un lado su divinidad, es también humano ciento por ciento y que nos ayuda al crecimiento moral desde nuestros actos, considerando a la persona digna por su vida misma; desde el momento que nace, es digna, porque es creada a imagen y semejanza de Dios. 


Las particularidades de cada persona son puestas en práctica cuando se vive a conciencia de su persona, sabiendo que es capaz de fortalecer lazos de confianza con su cuerpo mismo para saber qué posibilidades y habilidades tiene para poder crear el bien a los demás. Comparamos nuestra vida con la de Jesús, al margen que nuestra vida se complementa cuando vivimos su Palabra, en búsqueda de esa plenitud y proyecto de vida que queremos. Nuestra finalidad como persona se desglosa de la vivencia dignificante de Cristo, haciendo el bien con los demás se comparte la dignidad brindada y adquirida por Cristo. 

El hombre que no conoce a Cristo o la vida ejemplar de Cristo carece de especial principio de vida porque está ciego en hacer el bien a los demás y nace en él mismo con ocasión a crear el egoísmo para su formación vital. La necesidad tan grande que tiene el hombre en buscar a Jesús es la similitud ejemplar de su vida, como es el caso de los apóstoles que siguieron buscando la vida de Cristo en sus enseñanzas y vivencias: curando a enfermos, sanando vidas, y dignificando la vida del pobre como lo hizo Jesucristo con los demás.

Todo está en función de la persona. Desde sus inicios hasta cuando ya madura porque tiene capacidad para trabajar su vida y su inteligencia, por su naturaleza, hacia los demás sabiendo que es persona igual que yo, por eso, no se queda estancado sino que sigue su camino hasta conseguir la perfección de vida que es Cristo Jesús.

En la historia de la vida cristiana se ha reconocido a Jesús como hijo del hombre e hijo de Dios. La historia de Jesús nace del amor voluntarioso de Dios hacia la humanidad, a vista de la carencia que ha existido en los demás. Con la ayuda de Jesús se reacomodan las puestas en prácticas para los demás, fabricando principios, actitudes, con la imitación de los ejemplos de Jesús que ve al Padre. Forte afirma: En la vida terrena de Jesús de Nazaret puede reconocerse la revelación de la historia del Dios con nosotros, al mismo tiempo que su resurrección nos lo manifiesta como Dios de la historia, redentor de todo hombre en cada hombre. Cada acto de su existencia terrena, en cuanto historia del Hijo que ha instalado sus tiendas en medio de nosotros, interesa toda la vida trinitaria; es decir, implica una relación con el Padre en el Espíritu Santo.

“El Padre y el Paráclito, no se han quedado como espectadores ajenos a las obras y a los días del Verbo en la carne: ellos lo viven con Él, cada uno según su relación específica, que lo caracteriza como esa persona y no otra” (Forte, 2001). Es la ayuda del Espíritu Santo la que lo motiva a seguir encontrando el camino de su Padre para hacer visible su voluntad.

Según sus obras encontraremos el ejemplo vivo de su Padre y son esas obras relacionándolas con nuestros trabajos cotidianas son las que nos dignifica y estas obras nos pueden juzgar a una vida recta sin mancha alguna en nuestras almas. Jesús hace referencia en sus bienaventuranzas (cf. San Mt 5, 3-12) porque se da cuenta de las condiciones de su pueblo marginado por las grandes ciudades de su región y son a través de esta gente que comienza a proclamar el reino de su Padre: reino de justicia, paz, amor, solidaridad, y son estos mismos los que Jesús apuesta por una vida digna para todos y al servicio de todos.

En su Palabra podemos constatar lo que sucederá si no la ponemos en práctica con los demás. Con su llegada triunfante separará los corderos de los cabritos (cf. San Mt 25, 31-46), para diferenciarlos de sus trabajos como buenos cristianos y cristianos no muy buenos. Por eso, seremos juzgados por nuestros actos y nuestros actos en la vida nos delataran sin hacer mayores esfuerzos en anunciarlos.

Nuestra vida debe de ir acorde a nuestras acciones. Por eso, el ejemplo vivo de Jesús vale la vida practicarlo, porque el cambio radical que obtiene se demuestra con el mejoramiento de la persona y su vida será un reflejo vivo que demuestra que si existe Cristo en estos días de penurias y desconciertos. Saber que nuestra vida vale oro en medio de tanto desperdicio del mundo, que habiendo reconocido el rostro de Cristo nos hace revivir una esperanza más a la vida, pero, lamentablemente cada vez más se va apagando con la incoherencia de vida de algunos que utilizan el disfraz de oveja para aparentar una vida religiosa muy buena y llamativa que a la larga se hundirá en su infierno de por vida porque estarán haciendo daño a los predilectos de Jesús, o sea, a los más pequeños (cf. San Mateo 25, 40).

Finalmente, obrar con fe es seguir el ejemplo vivo de Jesús aquí en la tierra, abriendo camino hacia un futuro mejor recompensado con su Espíritu, que con otros medios de vida que solo asegurarán la muerte corporal y espiritual y no la vida plena que brinda Jesús con sus mandatos de vida y amor, vida en plenitud, o sea, vida eterna, en su palacio de amor sobrenatural, cara a cara con Dios nuestro Padre celestial.  





domingo, 1 de diciembre de 2013


¿Qué y quienes del antiguo testamento son principios orientadores articulantes al paradigma de una humanidad dignificante de América Latina?
La pobreza aún sigue siendo motivo de injusticia y desigualdad para muchos hermanos en nuestro pueblo latinoamericano, puesto que los privilegiados siguen siendo pocos, los mismos que sin compasión y a costa de todo, intentan ser los principales dominadores de toda una sociedad, en la que a pesar de la libertad que se ha alcanzado a lo largo del tiempo, de alguna otra manera se sigue siendo dominado, ya sea por sistemas aplastantes dueños de la economía o por empresas que para ofrecer un empleo, usurpan los derechos  a sus obreros a través de contratos chantajistas.
De alguna manera, la forma de cómo los hebreos vivían bajo el dominio de la mano egipcia, refleja la dominación que hoy se vive América Latina, relacionando en parte a las injusticias y la desigualad social, como por ejemplo las periferias de Perú y Brasil,  por otra parte para alcanzar ese objetivo Dios se apoyó en Moisés, que fue su mano y su voz en medio del pueblo agobiado por faraón, y el cual más tarde será quien los guíe y organice para conseguir la promesa de una tierra nueva, de igual manera hoy Dios hace un llamado constante, a ser voz y mano de todo un pueblo que espera ser considerado con la misma dignidad y derecho, por eso al igual los profetas también hay muchos que ofrecen hasta su vida por lograr tales cambios que se anhelan, no como ideales revolucionarios, sino más bien como motivo de alanzar el verdadero valor que los pobres tenemos tanto como personas, pueblo y sociedad.
La liberación del pueblo
Describir cada momento que tuvo que padecer el pueblo de Dios, será interpretar el sufrimiento que mucha de nuestra gente latinoamericana  padece en la actual época, donde la “esclavitud” esta abolida, pero que aun así el clamor de todo un pueblo intenta ser escuchado, porque se siente esclavo, de unos “faraones” capitalistas. “Esta auto-revelación de un Dios que no tolera la opresión ni la injusticia, es la clave para entender la forma cómo la fe israelita describe las acciones que dieron como resultado su liberación del poderío egipcio” (Schôkel, La Biblia del peregrino, recuperado el 01/12/13 de:  http://www.bibleclaret.org/bibles/lbnp/AT/02Exo.pdf
Cada acto que manifiesta la acción de Dios, puede traernos una idea que lo puede todo, pero a esa misma concepción agreguemos que se necesita de la organización, así podemos describir como Dios obra en todos por medio de la fe, es precisamente ese sentimiento que los une a un gran grupo, la promesa de salvación a al cual el pueblo se acogía, se mantenía patente, de esta manera la intención con la que se fortalecía esta idea de liberación se respalda, en el amor y la compasión con la que mira el Señor a su pueblo, está dominación de personas en la actualidad por algunos egoístas, avaros y poderosos, es la misma al cual Dios amor y libertador busca lograr en nuestros hermanos que y que no son escuchados por quienes son encargados de salvaguardar su vida y dignidad, Dios que trasciende con su poder tiende la mano y salva.Por una parte, la pobreza es un hecho escandaloso; por otra, ella puede constituir un estado religioso para el que la asume libremente” (García Manuel, 1992. Guamán Poma de Ayala. Pionero de la teología de la liberación, Madrid, recuperado el 01/12/3013 de http://www.ensayistas.org/critica/ liberacion/TL/TL.htm.  Es necesario que nuestra fe nos conduzca a dar vida y esperanza de días mejores, y que la fuerza del Espíritu Santo permita escuchar el llamado de salvación de libertad que suena cada día, ya que de alguna manera, ser cristianos no debe ser el nombre, sino la convicción que nos mueve a defender y luchar por la vida.  

La vocación de Moisés
“Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: –Moisés, Moisés. Respondió él: –Aquí estoy” (Ex. 3.4). La expresión de Moisés ante aquel evento, nos transmite la forma sencilla de como Dios llama la atención y de cómo responde quien es escogido para una misión especial, esta expresión pretende enfocar el poder que Dios y sobre todo el respeto que se le guardaba, se lo conocía como un ser divino que esta con el pueblo, y que algún día los iba a escuchar, de esta manera con Moisés, Dios inicia un proceso de salvación y de liberación el cual no será nada fácil, como tampoco lo es ahora, puesto que quien tiene un estilo de vida cómoda o superior, cuando alguien pretende arrebatar o decir basta, las fuerzas opresoras se niegan rotundamente, de manera que Moisés deberá armarle la guerra a faraón, puesto que pensaba que se quedaría en la ruina y lo peor sin servidumbre, eso mismo es lo que quiere hoy el sistema político conservador o quienes manejan la economía capitalista, que no quieren ni permite lograr el desarrollo y progreso a nuestra gente sencilla y desposeída negándole el derecho a vivir y ser persona como a todos los demás, es un llamado en la actualidad también a quienes están frente a los movimientos sociales a dejar de lado intereses particulares, que son necesarios pero que más preocupantes son los problemas que acogen a todo un pueblo, aquel pueblo latinoamericano que sueña con la verdadera libertad en la tierra prometida donde se viva la justicia, la verdad y la equidad de derecho.

Conclusion 
El mensaje de Dios transmitido a través del antiguo testamento, es la misma voz de Dios transmitida de generación en generación con la finalidad de abrir las puertas a los caminos de vida y salvación, en América latina a nuestro pueblo pobre y sometido por el sistema capitalista neoliberal.